Somos una pareja de chicas que desde siempre nos han gustado las líneas eróticas. Antes de conocer a Ana yo misma me masturbaba hasta las tantas de las noches en varios servicios de teléfono caliente.

Cuando la conocí pensaba que ella no lo iba a aceptar pero, para mi sorpresa, ella también lo había probado en un par de ocasiones y le encantaba.

Es cierto que tardamos un tiempo en llamar las dos juntas pero, cuando lo hicimos, vivimos una experiencia en un plano de placer que jamás creíamos que íbamos a experimentar.

A continuación os la relatamos brevemente.

 

Cómo nos corrimos en un servicio de teléfono caliente

 

Eran la 3AM y mi novia no paraba de dar vueltas en la cama. A pesar de que habíamos follado hace tan solo un par de horas, era incapaz de conciliar el sueño. El doctor le había diagnosticado insomnio y estaba bajo tratamiento de unas pastillas especiales para dormir… aunque parecía que no le servía de mucho.

Tímidamente le empecé a deslizar la mano por la entrepierna. Para mi sorpresa, volvía a estar húmeda.

Sin embargo, no me apetecía volver a tener sexo de la misma manera que hace dos horas, así que, sin pensarlo, cogí el teléfono y marqué el número de un “teléfono caliente” que me habían recomendado.

Ella me miró algo indecisa pero cuando empezó a sonar la voz de la chica al otro lado del teléfono, se excitó totalmente. No sabría decir exactamente lo que tenía, pero su timbre (¿o era tono?) tenía ese toque de sensualidad que las hacen tan especiales.

La chica empezó a preguntarnos por nuestros nombres. Intentamos seguirle el juego pero nos estábamos masturbando con tanta fogosidad que era prácticamente imposible hablar entre tantos jadeos.

La chica, por supuesto, se dio cuenta. Parece que también se excitó y empezó a tocarse ella sola. Son muchos los números de teléfono caliente donde fingen estar corriéndose y llegar al orgasmo… pero sé que ella no estaba fingiendo en ese momento.

Ana me empezó a comer el coño en ese momento. Si antes mi voz era solo un jadeo, ahora solo profería gritos de placer.

No sé cuánto tiempo duró pero conseguí correrme a la vez que mi compañera de teléfono. Después de eso empecé a lamerle el clítoris a Ana hasta que ella también se corrió.

teléfono caliente

Una experiencia totalmente inolvidable.