Deberías probar el sado telefónico

sado telefónico

En toda mi vida he tenido un temor muy elevado por diferentes temas sexuales. Supongo que la principal razón de ello fue porque mi madre no me dio la educación sexual que necesitaba; digamos que para ella todo era tabú o estaba mal. Siempre intentamos seguir en esta vida una trayectoria muy distinta a la que han seguido nuestros padres, aunque al final, si nos descuidamos, terminamos haciendo exactamente lo mismo.

Con esto no quiero decir que no me gustase el sexo ni mucho menos, sino que siempre tenía esa pequeña sensación de que estaba haciendo algo mal.

No fue hasta los 25 años cuando encontraría a la pareja de mi vida. No quiero que penséis que soy un orco ni mucho menos, soy rubia, delgadita y tengo un buen culo y unas buenas tetas, sin embargo es eso que no me terminaba de sentir a gusto con los tíos.

Este chico cambió mi vida para siempre. Me enamoré de él a primera vista y supo esperarme hasta que estuve preparada para tener sexo por primera vez.

Poco a poco me fue iniciando en su variado mundo de sexo; él había probado tanto sado telefónico como en la vida real; sin embargo, si para mí el sexo tradicional ya estaba como algo prohibido, pues nos digo el sado.

Sin embargo, este chico me conocía perfectamente y sabía activar todas las partes de mi cerebro. Poco a poco me fui convenciendo fue haciendo que esta práctica fuera más atractiva.

En el momento en el que me decidí y le dije que sí que quería practicar sado con el, este chico me dijo que no estaba lista, que antes necesitaba llamar a un número de “sado telefónico” para que me pudieran dar consejos básicos.

Una experiencia tan excitante que hasta me da vergüenza contarla.