Relatos eróticos cortos y mi excitación aumentando al oírlos

Debo reconocerlo: me encantan los relatos eróticos cortos.

Recuerdo que en mi juventud me iba a la biblioteca donde devoraba montones y montones de libros en mi tiempo libre. Poco a poco fui probando las diferentes categorías que me encontraba hasta que un día decidí que iba a cruzar la última frontera: accedería a esa sección que catalogaban de prohibida y leería esos libros que solo estaban disponibles para mayores de 18 años (¿Es qué no se dan cuenta que lo único que consiguen de esa manera es hacerlos más atractivos?).

 

relatos eróticos cortosDebo reconocer que los primeros “relatos eróticos cortos” que leí no me entusiasmaron demasiado: Quizá fuera por el hecho de que me podían pillar en cualquier momento lo que no me permitió relajarme y así disfrutar de la lectura.

Sin embargo, una vez que llegue a casa descubrí lo excitada que me había quedado y decidí que había llegado la forma de aliviarme; fue la primera vez que lo hice y se lo tengo que agradecer a la literatura sexual.

Lógicamente mucho ha cambiado desde aquel entonces: ahora tengo mi propia casa con todo tipo de libros eróticos para poder leer en cuanto me plaza. Tengo un par de escritores y escritoras favoritas que escriben normalmente sobre esa temática… cada vez que sale un libro suyo no tardo en incorporarlo a mi colección.

Me encanta llegar del trabajo, darme una buena ducha, cenar y luego tumbarme en el sofá para poder leer los “relatos eróticos cortos” que me apetezcan en ese día. Nunca fallan: siempre consiguen excitarme. A veces me da tiempo a llegar a la cama para poder meterme los dedos y otras veces lo hago en el mismo sofá… realmente según me pille y según me haya puesto.